martes, 26 de febrero de 2013

Libre condena

Todos pensaban que era una idea hermosa
Vivir en el paraíso, que idea más ociosa!

Hombres y mujeres vivían sin temor
Adorando al ser supremo, considerado el redentor

No había muertes porque vivir no era un desafío
Y ser un individuo, jamás quedó tan en el olvido

Hablamos de la libre condena. no albedrío
Por eso la humanidad solo esperaba en hastío

Poder finalmente morir e irse al infierno
Ya a nadie le interesaba vivir en lo eterno

Mientras todos sonreían y se quitaban la vida
Dios se preguntaba, por qué esa solución definitiva?

Si les daba cobijo y seguridad
Les quitaba el miedo a cambio de la verdad

Por qué querían desaparecer?
Acaso no agradecían su premio por creer?

Por eso la muerte se acercó a Dios
Y le dijo mientras afilaba la hoz.

Que la humanidad tenía como cumbre
Poder depender de la incertidumbre 

Preferían creer que dios era un invento
De locos encerrados en un convento.

***

Supongo que tenía 18 años cuando escribí esta poesía, mis ideas religiosas colmaban un hartazgo de los más especial. 


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