jueves, 28 de febrero de 2013

Discurso políticamente correcto (Autoplagio)


Para expresar mi idea del nacimiento y desarrollo del discurso políticamente correcto tendríamos que empezar por Babel.  Aquella torre que crecía constantemente por el esfuerzo mancomunado de la raza humana parecía que no iba a tener límites de altura hasta alcanzar a las puertas del Edén. El problema es que a Dios no le gustaba ni un poco Babel, por el contrario, le molestaba y mucho. La idea de que seres mortales siquiera avizoraran las puertas del paraíso le parecía de una insolencia extrema. Por suerte para la raza humana en este contexto de la "historia" Dios no quería ser muy cruel, ya les había quitado la vida eterna en su momento y al ser omnisciente sabría que en Sodoma y Gomorra tendrían un destino más  que trágico.
Así que se le ocurrió un plan que se podría considerar el primer acto políticamente correcto que se haya conocido. En vez de enviar rayos, centellas o pestes para separarlos decidió multiplicar los idiomas que al parecer en ese momento solo era uno. Esto produjo una inconclusión al faraónico proyecto y dicha torre quedó tan reducida que hasta el día de la fecha los científicos esperan encontrarla sin éxito. De esta forma el objetivo fue cumplido y ni siquiera hubo necesidad de ejercer la fuerza, los seres humanos se empezaron a separar por grupos.
Muchísimos años y divisiones tectónicas después, los seres humanos habían logrado superar la barrera divisoria del lenguaje pero ya era demasiado tarde. Se descubrió que la tierra tenía cosas más interesantes de lo que se imaginaban y la disputa ya era "doméstica". Las guerras hacían su aparición y los líderes mundiales respiraban aliviados. Ya no tenían que ir constantemente a la otra punta del mundo a hablar con personas que cometían actos que consideraban barbáricos y decir en público que solo eran "costumbres religiosas". Ni tampoco aquellas personas que tenían "almas de soldados" aguantar la vida cotidiana respetando a sus diferentes de color y poder lanzar gritos racistas mientras descargaban una ráfaga de balas en un punto perdido de la selva Saigón.
Igual creo que lo más curioso es que en la actualidad las torres siguieron existiendo pero esta vez en forma de edificios. Éstos albergaban en la cúspide por ejemplo al presidente de una empresa, el rango más alto de la misma, obviamente en el lugar más cercano a Dios. Y cuando un empleado de la misma se convierte en un revoltoso y quiere llegar a la cúspide con sus compañeros de trabajo, el presidente decide tomar una decisión agresiva. Pero para eso no necesita ser desagradable, solo utilizar el mejor discurso políticamente correcto, basta con cambiar la palabra "despido" con la frase "re estructuración de empresa" y al menos ante el resto de la sociedad tal vez sonaría hasta justo en su declaración.
Por eso cuando alguien nos diga algo que consideremos políticamente correcto, les recomiendo que primero analicen la frase y después su origen; más si hablamos de nuestro jefe o el mismo Dios, por supuesto. Porque al fin y al cabo es real que lo que importa es la intención, y existe una enorme diferencia entre evitar usar palabras que socialmente son consideradas oprobiosas que utilizar palabras lisonjeras para ocultar un acto reprochable.


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Hay un detalle curioso en este texto (que es un trabajo práctico), lo había escrito cuando tenía 20 años aproximadamente y el año pasado cuando empecé a recursar la facultad hice algo muyyyy similar a éste lo cual me sorprende mucho ya que no recordaba el trabajo original.

Si recuerdo que el profesor me había dicho en su momento "La mitad de lo que escribiste no tiene nada que ver con lo que se pidió pero me pareció muy bizarro"

Espero que a uds también les resulte igual, estaba muy flasheado cuando hice este texto.

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